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Por José Antonio del Moral
Fotografías: ©Dolores de Lara
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estas corridas isidriles. Muy bien presentada la de Victorino Martín, apenas un par de toros dieron juego o pareció que lo darían, como el segundo, que terminó cambiando a peor tras un prometedor primer tercio del que salió lastimado. El mejor aunque solo por el pitón derecho fue el que abrió plaza, mal entendido por Diego Urdiales que ayer desmintió a todos los que le cantaron desaforadamente en su anterior actuación. El Cid continuó con el santo de espaldas y, una vez más, de vacío. Iván Fandiño por muy poco no terminó en el quirófano en su enternecedor despropósito de sustituir a El Fundi. La temeridad de su inclusión en este cartel no fue de recibo. Como tampoco el sospechoso callar de los reventadores que esta vez se las tragaron dobladas en su baldío intento de ayudar a sus favoritos mientras el resto de la plaza se enfadaba con toda la razón.
tercio y ello tras ser muy cuidado en varas por su escasa fuerza. Aunque esperó en banderillas, se creció en la muleta que tomó pronto y con veloz franquía por el lado derecho, dando oportunidad de triunfar a Diego Urdiales a quien no le funcionó la cabeza cuando, en vez de basar su faena en el mejor pitón del toro, se empeñó en pasarlo una y otra vez por el mucho peor izquierdo, rompiendo lo que en principio pareció iba a terminar dándoles la razón a todos los que tan desaforadamente cantaron su anterior actuación. No quiero cebarme. Pero es que ni siquiera en su más limpio aunque ecelerado torear por redondos se colocó bien ni ofreció el engaño cabalmente y solo en una breve tanda corrió la mano con donosura para terminar matando tarde y muy mal.....................................................................................................................................Los"Victorinos", presenciando el papel de sus astados en la corrida
su vida, que todos e imagino que él más que nadie, estábamos deseando que por fin se rompiera una temporada que no ha empezado nada bien. Pareció que el segundo toro le iba devolver al sitio perdido. Su templado recibo por acompasadas y templadas verónicas así lo hizo presagiar. Pero tras un largo y enrevesado primer encuentro con el caballo al que derribó previo largo romaneo, debió lastimar al toro que salió del tercio muy cambiado a peor, como el mismo Cid pudo comprobar en el quite. No obstante, propició un brillante tercio de banderillas e incluso el excesivo lucimiento de El Boni que se pasó pegando media verónica tocando el costado del toro. Como también debió perjudicar al animal el palo que quedó clavado en el agujero de un puyazo aunque se lo sacaron antes de que El Cid iniciara su faena de muleta.



con la muleta, cambiándosela de mano en mano, con tanta habilidad y destreza que más bien parecía estar haciendo malabares. Al igual que los buenos boxeadores noqueadores, fijó las suelas de sus zapatillas a la rojiza arena del redondel y con pases de derecha e izquierda, templados, vistosos, ajustados –a veces con auténtico peligro para su integridad- llenos de desmesurada belleza, hizo que los aficionados se volvieran locos de emoción.








La feria de San Isidro estaba muerta y tuvo que venir Morante de la Puebla para resucitarla con su baile torero. Los diestros que completaban la terna, José Mari Manzanares y Rubén Pinar, que confirmaba la alternativa, se vieron eclipsados por el embrujo del matador andaluz.



Madrid. Plaza de Las Ventas. 19 de mayo de 2008. Tarde esplendorosa con lleno total. Seis toros de Núñez del Cuvillo, desigualmente presentados en tres y tres. Los primeros sin remate ni culata y los siguientes más cuajados. Salvo el quinto, que resultó muy bravo, encastado y noble pero exigentísimo, los demás sin fuerza ni raza por lo que se vinieron pronto abajo en mortecinas aunque nobles embestidas. El Juli (marino y oro): Estocada trasera y descabello, silencio. Estocada trasera algo atravesada y cuatro descabellos, silencio. El Cid (negro y oro): Tres pinchazos y bajonazo trasero, silencio tras algunos pitos. Pinchazo hondo y dos descabellos, ligera división. Miguel Ángel Perera (cobalto y oro): Estocada caída de efectos fulminantes, palmas. Pinchazo, casi entera y descabello, aviso y silencio. Muy bien en palos El Alcalareño. Asistieron en una barrera de sombra S.M. El Rey Don Juan Carlos y la Infanta Elena. Perera brindó al Rey el tercer toro y El Juli el cuarto.
A El Juli, ya se sabe, los reventadores de Las Ventas siempre intentan bajarle los humos, hacer lo imposible para que no triunfe y hasta, si lo consigue por todo lo alto como hace dos años con el bravo ejemplar de Victoriano del Río, quitarle como lograron la segunda oreja. Este año han vuelto a las andadas a la primera de cambio y como sus dos toros no trasmitieron nada, tanto su muy buen toreo de capa como su muy puro hacer con la muleta, no fueron tomados en cuenta. Como si quien lo hubiera hecho fuera cualquier pega pases. Ni un solo olé, ni una sola palma escuchó El Juli tras matar a sus dos toros.
en la última corrida de la Feria de Otoño, no es de recibo. Perera fue ayer objeto de sonoros “disparos” absolutamente intolerables. No me choca que le desconcentraran a la hora en entrar a matar aunque aparentemente no lo consiguieron durante la, por cierto, acertada lidia de su primer toro y sus dos faenas de muleta. La primera francamente buena, exacta, firmísima, ligada hasta que el toro repitió mínimamente y rematada por excelentes naturales de uno en uno por lo tardón que terminó el soso burel. Y la del sexto no tanto por excesivamente larga mientras el toro se diluía sin resuello tras iniciarla formidablemente con dos pases cambiados que ligó a sendos de pecho sin enmienda a los que siguieron una magnífica tanda por redondos, momento en que el toro empezó a racanear y a impedir que el trasteo tuviera continuidad y redondez. Hasta cuando quitó por impertérritas gaoneras al tercero se escucharon palmas de tango. Ya ha empezado, por tanto, Perera a padecer el peso de la púrpura en Madrid y ya veremos qué ocurre en las dos tardes que le quedan. Dado el excelente momento que vive tras superar todas las cornadas que lleva padecidas en pos de su indeclinable entrega, habrá que esperar que al menos tenga un toro suficientemente bravo y entero para que logre superar tan injusta adversidad.
La pierna del Tato se la llevó por delante la embestida de un toro, que no es lo mismo que el derrote avieso perpetrado contra la otrora primera plaza del mundo por aquellos que, precisamente, tienen la obligación y el deber de velar por su prestigio, que no es otro que el de la propia Fiesta.
descastados. Morante de la Puebla (de café y oro), silencio en los dos. Sebastián Castella (de lila y oro), oreja. Aviso y oreja. Alejandro Talavante (de verde y oro), aviso y silencio. Silencio. Curro Molina saludó tras poner dos pares de banderillas muy traseros al quinto de la tarde. El banderillero Rafael Cuesta fue herido por el cuarto de la tarde que le infirió una herida en el tercio superior del muslo derecho, con una trayectoria descendente de 25 centímetros, con destrozos en los músculos abductores.+copia.jpg)
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un coladero, porque no
existen aficionados serios y solventes, sino gente que va de verbena. Se va a pasar de un amargo tribunal inquisitorial, que trataba muy cruelmente a los toreros, a una tómbola de luz y de color. Los aficionados conocedores que hicieron de Madrid una plaza seria, educada y exigente se murieron hace años. Ahora ya no hay nadie. Y esa presidencia: después de estar durante años negando orejas merecidísimas, ahora las suelta con cuatro pañuelos.