sábado, 16 de enero de 2010

MI QUERIDA FINA, ALLÁ DONDE ESTÉS, SIEMPRE TE RECORDARÉ


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Queridos amigos:

Nuestra querida Fina de Calderón, a la que muchos de vosotros conocísteis por los miércoles de la poesía, nos ha dejado.
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Fina era de estatura pequeña, pero muy grande como mujer y, sobre todo, con un corazón que no le entraba dentro de su pecho. Se pasó casi toda una vida postrada en una silla de ruedas y jamás se le vió con un mal gesto, sino al contrario: alegre, llena de esperanza y ganas de vivir.
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Yo la he conocido muy de cerca, demasiado cerca, tanto que hoy no la lloro, la recuerdo llena de vida como si aún estuviera aquí, como ella quisiera ser recordada. Era "mi muñequita de porcelana". Así la llamaba muchas veces. Ella sonreía. Fina era la madre que no he tenido, era mi gran... mi gran consejera.
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Su deseo era que su retrato, retrato que fue plasmado por mí en su casa, fuera expuesto en el Ateneo de Madrid y en el Ayuntamiento de Toledo. En Toledo no pudo ser, pues cuando se iba a concretar, hace escasas fechas, cayó gravemente enferma y esta enfermedad fue el preludio de su muerte.
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No obstante, se cumplió su otro gran sueño. Gracias a Dios, Fina pudo verse expuesta en el Ateneo un 4 de marzo del año 2009, en la sala de exposiciones de "La Cacharería". Tan sólo tuve un pequeño fallo: no ponerla al lado de la Reina. Y, como si de una niña pequeña se tratara, me dijo Fina: "No me has puesto al lado de la reina, Dolores", a lo que le respondí: "Mí querida Fina, todo lo he hecho pensando en tí. Te he colocado en el lugar más preferente, porque hoy la Reina eres solamente tú. Es tu gran día".
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Este fue mi gran homenaje, mi dulce despedida.
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Descansa en Paz. Dios te Bendiga querida Fina.
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NUNCA TE OLVIDARÉ
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Dolores de Lara
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