lunes, 17 de agosto de 2009


TOROS, LA VENTAS

Novillada: Vuelta al ruedo para Chaves y Rosales aunque con actuaciones de poco calado

Antonio Carrasco-EFE

Madrid.-16 de agosto de 2009
Los debutantes Pacho Chaves y Antonio Rosales dieron una vuelta al ruedo cada uno en la novillada celebrada hoy en Las Ventas, aunque sus respectivas actuaciones, al igual que las de Diego Lleonart, no fueron nada del otro mundo.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de Torrehandilla, ganadería que tomaba antigüedad, bien presentados, nobles y de juego desigual. Los más toreables, tercero y sexto.
Diego Lleonart: estocada casi entera (palmas); y cinco pinchazos y el toro se echa (silencio).
Paco Chaves: estocada (vuelta por su cuenta aunque sin protestas en contra); y estocada (ovación tras aviso).
Antonio Rosales: estocada desprendida (ovación tras aviso); y estocada y dos descabellos (vuelta por su cuenta mientras el público abandonaba la plaza).
La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde calurosa.
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FALTÓ EXPERIENCIA
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Los dos novilleros debutantes, Paco Chaves y Antonio Rosales, muy verdes aún, acusaron falta de rodaje. Por su parte, Diego Lleonart, más puesto que sus compañeros de terna, tampoco dio la verdadera dimensión de su toreo. Y es que Lleonart ha pasado hoy por Madrid sin pena ni gloria.
A sus dos faenas les faltó chispa. Con el primero anduvo frío y desangelado, y aunque su toreo fue correcto en la ejecución, no llegó a los tendidos por falta de sentimiento. El cuarto novillo, muy castigado en el caballo, acudió a los engaños defendiéndose en cortas embestidas. Lleonart no se acopló y desistió pronto.
Paco Chaves, que actuaba por vez primera en las Ventas, estuvo muy decidido toda la tarde. Tanto con el capote como con la muleta se le vio algo nervioso, lo mismo que con las banderillas en su primero, tercio que cubrió con más voluntad que acierto. Y aunque el trasteo no dejó poso alguno, se marcó la vuelta al ruedo por su cuenta.
De nuevo la entrega fue su principal arma en el quinto de la tarde, al que no logró someter en ningún momento. Su toreo, siempre por alto, tuvo poco mando y demasiados enganchones.
Antonio Rosales, que también se presentaba en Madrid, estuvo bullidor con el capote en el tercero de la tarde, el mejor novillo de la tarde, con el que protagonizó importantes momentos al torear sobre la mano izquierda. A derechas, se mostró acelerado y un poco desconfiado.
Con el sexto de nuevo mostró sus ganas de triunfo, pero faltándole sentimiento y sin compactar su labor. Aún así se pegó otra vuelta al ruedo que nadie le pidió. EFE

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