viernes, 23 de septiembre de 2011

Murcia y Albacete, la servidumbre o el reclamo del TORO

Pedro Javier Cáceres

Por PEDRO JAVIER CÁCERES

 Las comparaciones son odiosas, reza el dicho; cierto. Menos aún si se quieren confrontar ferias como las de Murcia y Albacete. Provincias fronterizas, capitales muy distantes, en todo.

Albacete mira al interior, Murcia se asoma al mediterráneo.
Dos filosofías, dos formas de entender la vida y la fiesta: la mayor, la menor y la de toros.
Murcia comprime en 5 tardes, selecciona, si se quiere, y se anuncia como la “feria de las figuras”: hecho cierto; todas. Se completa el ciclo con novillada y corrida de rejones. 7 festejos de abono y una novillada sin caballos de entrada libre, en medio de la feria.Tiene fama de ser la que mejor paga a toreros y ganaderos. Si bien no está sujeta a canon de explotación ni a las “gilipolleces” de los pliegos, sí debe responder ante una serie de accionistas.
Goza de libertad empresarial para fijar los precios y maneja la holgura que da una plaza con rasgos de “monumental” (15.000 espectadores).
Se instala, por tanto, en un gran potencial de maniobra.

No así Albacete que haciendo de la necesidad virtud expande y exprime el calendario ferial hasta 11 espectáculos seguidos: 8 corridas de toros, dos novilladas y la corrida de rejones.
Sujeta a canon, pliego y otros caprichos políticos hace “mangas y capirotes” para equilibrarse en todo con un coso de 12.000 asientos encorsetados en precios fijados por la Administración pública propietaria.

En Albacete, figuras, las justas. ¡Vamos! las que de verdad lo son, no aquellas que se proclaman.
Mucho torero lugareño en busca de escaparate, y otros locales competitivos en ferias de primer circuito en busca de ser el torero de Albacete para todo el mundo (Pinar y Tendero intentando heredar al maestro Dámaso y a Caballero).
Entre col y col, bastante sitio para anunciar toreros emergentes que están triunfando y son revelaciones, más otros en busca de proyección

.En Murcia el refulgir de las figuras, todas (ya está dicho), sin discriminación; luz, lujo, glamour. Y los “mediáticos”. De casa, nadie osa ocupar, o que ocupe, el sitio dejado por Liria; así, cada vez más añorado.
Poco margen, o ninguno para novedades y animadores de la temporada en curso.

“Dos filosofías, dos formas de entender la vida y la fiesta: la mayor,
la menor y la de toros”.

En Murcia están fijos año tras año Morante, Cayetano, El Cordobés y Paquirri.
En Albacete no.
Sí en cambio, Fandiño (anunciado), David Mora, César Jiménez. Además : Curro Díaz, Juan Mora, Leandro, Serafín Marín.
No así Luque, que si es habitual en Murcia.

Y por supuesto, por la A-30 circulan, en ambos sentidos, los Ponce, Juli, Manzanares…y Perera, Talavante, Castella, El Cid y El Fandi.

Con todo ello, el TORO es la servidumbre o el reclamo.

Del toro “bonito”, medio toro, sin hipotecas de kilos para moverse y agradable por delante para relajarse y estar a gusto en la cara, al toro-medio con mayor volumen y pitones.

Generalmente de ganaderías parejas: Jandilla, FuenteYmbro, Victoriano, Ramblas, Salvador Domecq, o El Torero, Algarra, Zalduendo y Juan Pedro.
Un guiño al “torismo” en Albacete con la corrida de Cebada Gago, que además, funcionó en expectativa.

Todo muy definido y delimitado en ambos cosos y respondiendo, en principio, a dos modelos de entender “los toros”.

Fuente: La Divisa

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