sábado, 24 de abril de 2010

RIOBAMBA-ECUADOR: "EL CORDOBÉS" / Por Juan Lamarca

Manuel Benítez "El Cordobés"
homenajeado en Riobamba-Ecuador

Riobamba: El autor del artículo Juan Lamarca
con Manuel Benítez y Javier Morales.
Galardonados con el título de "Huésped Ilustre de la Ciudad"


Con ocasión del grandioso homenaje tributado a Manuel Bebítez "El Cordobés" en Riobamba, "Ciudad de las Primicias" en Ecuador, como acto previo al inicio de su Feria Taurina de "Jesús del Buen Suceso", Juan Lamarca pronunció una alocución en honor del V Califa del Toreo.

"EL CORDOBÉS"

Por Juan Lamarca
Riobamba, 16 de Abril de 2010
La secuela por la muerte de Manuel Rodríguez “Manolete” en 1947, su impacto y su recuerdo, determinó el discurrir de la Fiesta en la década siguiente. Luis Miguel Dominguín recoge el testigo y con Antonio Ordóñez en competencia, el toreo va recuperando su pulso manteniéndose el interés reforzado con la llegada de los Ostos, Rafael Ortega, Pedrés, Gregorio Sánchez, Miguelín, con los venezolanos César y Curro Girón, abriendo el portón a la savia nueva de los Puerta, Camino, Mondeño, El Viti, o Palomo Linares como apóstoles del advenimiento del mesías que salvaría la Fiesta y que no era otro que un tal Manuel Benítez Pérez; un muchacho de Palma del Río, que desde que se vistiera por primera vez de luces un día de la Virgen del año 1959, en la tristemente famosa plaza de Talavera de la Reina, empiezó a sonar con fuerza para debutar con caballos en el pueblo que le vio nacer, Palma del Rio.

Su etapa de novillero supuso ya una revolución y la Fiesta comenzaba a convulsionarse tras la calma taurina que había alejado a los públicos de su más querido espectáculo.

La popularidad de Manuel Benítez arrasaba, las plazas se quedaron pequeñas, las calles se inundaban de gente cuando "El Cordobés" paseaba por ellas, la leyenda del pobre espontáneo de Las Ventas convertido en afamado y rico torero caló hondo en el corazón del pueblo español.
Era él, “El Cordobés”, el joven humilde que no sabía torear y que cobraba más que nadie en la historia, que ayudaba con generosidad a los necesitados, el hombecon el que todos querían estar y todos ansiaban conocer, el torero que mostraba un valor insuperable traspasando ya las fronteras de la mitología.

La azarosa vida de película de aquel muchacho que tenía que aprender a torear, efectivamente, fue llevada al cine con un título impactante “Aprendiendo a morir”, que es así como lo veíamos todos, ofreciéndose a los toros con tan estoico valor como alegre desenfado.

Su sangre fue regando la arena de los ruedos ibéricos germinando como semilla fértil en el alma de los espectadores. Ya era el ídolo de España sobre las voces de los aquellos ortodoxos contra el torero heterodoxo; nada lo pudo impedir, su fuerza era imparable –El Huracán Benítez- su personalidad arrolladora, el carisma inigualable.

Su épica inspiraba a los más sublimes poetas, las frenéticas rotativas lanzaban la epopeya cordobesista a las ávidas manos de los lectores, su imagen se superponía a la hispana piel de toro, y las ondas de la información flameaban al aire con la fuerza electrizante de su rubio flequillo que orlaba la faz radiante del amigo de todos.

Ese era el fenómeno de Manuel Benítez forjando la leyenda de “El Cordobés” y que le conduce a la alternativa como toque de clarín para encabezar el glorioso paseíllo de otra etapa dorada del toreo –algunos la califican como la Edad de Platino, como muestra de superación a las anteriores conocidas como la Edad de Oro, de Gallito y Belmonte, y la de Edad de Plata de Domingo Ortega y Manolo Bienvenida-.

Fecha histórica la de Mayo de 1963. Córdoba la llana sultana y mora, que cantara el pastor poeta, la de Cañero, la ciudad de los califas, la del barrio de la Merced, la mandona histórica del toreo desde Lagartijo a Manolete, que en su vieja plaza de Los Tejares aclama a Manuel Benítez recibiendo la alternativa de manos del maestro de maestros Don Antonio Bienvenida.

Dijo el académico Conde de las Navas que "el devenir del toreo corre paralelo a los períodos de auge o decadencia de la Patria"; nada más cierto y coincidente con la época de paz y apogeo en España.

Las familias españolas daban alcance a un, antes lejano, horizonte como la concordia y desarrollo económico de la España de Franco, -Su Excelencia el Generalísimo Franco- en feliz comunión con la eclosión de Benítez cuya figura eleva a la Fiesta a alturas insospechadas.

El toreo y la Patria vuelven a sonreír……y dos sonrisas unidas para la historia: El Caudillo y “El Cordobés”.

Un año después, en San Isidro del 64, se va a producir el
acontecimiento taurino más impactante de la época moderna: La plaza de toros de Las Ventas de Madrid va a ser el escenario de la corrida de mayor expectación de la historia con la confirmación de alternativa de Manuel Benítez.

Al resultar herido por el toro de “Benítez Cubero” que le cediera su padrino “Pedrés”, la imagen de la cornada inferida en la ingle del torero de Palma del Río sobre la arena venteña, dio la vuelta al mundo. "El Cordobés" ya era una figura universal.

Aquella tarde, toda España estuvo paralizada ante la pantalla en blanco y negro, y por primera vez TVE realiza una retransmisión al extranjero, a Méjico.

El inusitado ambiente vivido aquel día quedó fiel y magistralmente reflejado en el libro “…O Llevarás Luto Por Mí “, -un número uno mundial, por cierto-, sus autores Dominique Lapierre y Larry Collins, relataban así el acontecimiento:

“En los atestados graderíos de Las Ventas había silencio y expectación. Y ésta
quietud parecía haberse extendido a toda España, acallando el clamor de su exuberante existencia. Por unos momentos, bajo el sol declinante de la tarde de Mayo, el ritmo vital de la Nación pareció suspenderse a la espera de la hazaña de un solo hombre.
El tráfico y el comercio habían quedado casi paralizados; los guardias abandonaban sus puestos; las llamadas telefónicas quedaban sin contestación.
El Caudillo y el preso, el Ministro y el campesino, el terrateniente y la criada de servicio, el banquero y el obrero fabril, veinte millones de hombres y mujeres, casi dos tercios de la población de España, esperaban ante la pantalla gris del aparato de televisión, unidos alrededor de los tentáculos de éste milagro de las comunicaciones, como jamás lo habían estado los españoles desde 1.939”

Señoras, señores, queridos amigos, he aquí a Manuel Benítez “El Cordobés”, ante nosotros la figura más universal del toreo, el V Califa, el hombre, el amigo.

¡Gracias MAESTRO!

Puestos en pie, proclamemos lo que nos une y lo que amamos:

¡¡¡Viva la Fiesta!!!
¡¡¡Viva Ecuador!!!
¡¡¡Viva España!!!
Riobamba 16 de Abril de 2010
Juan Lamarca


Un joven Manuel Benítez "El Cordobés"

La sincera amistad de Francicco Franco
y Manuel Benítez "El Cordobés"

Gran Corrida de Beneficencia en Las Ventas de Madrid
Sus Altezas Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia
acompañan al Jefe del Estado Generalísimo Franco,
El Cordobés, Joaquín Benadó, y Palomo Linares

En 1957, a los 20 años de edad, un tal Manuel Benitez se lanzó de espontáneo en una corrida que se celebraba en la plaza de toros de "Las Ventas" en Madrid en la que compartían cártel Juan Antonio Romero y Pablo Lozano.A pesar del terrible revolcón que le dio el toro no resultó herido, resultó detenido…

Se libró de milagro...

El toro huye y el espontáneo "toma el olivo"

En 1957, a los 20 años de edad, un tal Manuel Benitez Pérez se lanzó de espontáneo en una corrida que se celebraba en la plaza de toros de "Las Ventas" en Madrid en la que compartían cártel Juan Antonio Romero y Pablo Lozano.A pesar del terrible revolcón que le dio el toro no resultó herido, resultó detenido…

El espontáneo detenido y conducido por la policía

Pamplona-Feria de San Fermín:
El Cordobés, genio y figura...


Fuente: Blog Del toro al infinito









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