domingo, 15 de abril de 2012

SE ALZA EL TELÓN

Por Diego Martínez González. Pte. UTAA-SEVILLA

Sevilla, abril de 2012.- Aunque el pasado 8 de abril, se dio el pistoletazo de salida a la temporada taurina en Sevilla, es ahora realmente, que comienza el ciclo continuado de festejos, cuando el aficionado disfruta o se desilusiona con lo que va a presenciar en el albero sevillano.

Si nos atenemos a lo acontecido en temporadas anteriores, se contempla un descenso notable del número de abonados, reconocido este dato por la empresa, y constatado en cualquier ambiente taurino que se precie.

Entre las causas aducidas, además de la manida crisis económica que afecta a todos los sectores, se encuentran también otras motivaciones que los mismos taurinos aparcan o no quieren reconocer, y siguen con ello en una dinámica en la cual todos los aficionados coincidimos: que los males de la Fiesta se encuentran dentro de la misma.

Sevilla, como plaza emblemática, cuajada en sus tendidos de gente que vive o se relacionan de alguna u otra forma con la Fiesta, no podía escapar a esta plaga maligna.

Nuestra plaza ya no da o quita, nuestra plaza se halla en camino descendente en cuanto a exigencia en los tendidos y por consiguiente de mantener el prestigio que siempre gozó.

La Feria de Abril, tal está concebida, se muestra al principio poco previsible en cuanto a su resultado, durante lo que aquí llamamos la “preferia”, y después en la semana de “farolillos”, la cosa cambia y es totalmente previsible.

En la “preferia” se anuncia ganado encastado y toreros ávidos de subir en el escalafón. Como en los últimos tiempos la asignatura del ganado suspende en casta y raza, los aficionados buscamos la lidia de esos hierros para que aquellos valores, hoy casi olvidados de la emoción y el riesgo cabal en el ruedo, nos ayude a mantener lo poco que nos queda de esa adicción a presenciar espectáculos hoy casi olvidados en el tiempo. En Montealto, Cuadri, Conde de la Maza, Victorino, que aunque este año por mor de las dificultades para hacer los cárteles se incluye en farolillos, siempre se le espera, y como no la miurada, tenemos centradas nuestras esperanzas.

En la parte previsible de la Feria de Abril se imponen en la mayoría de las tardes los hierros que en sus diversas variaciones suponen el monoencaste Domecq y que es el apetecido e impuesto por las “figuras”.

Digo que es previsible porque ya de antemano se puede afirmar que la suerte de varas será simulada, ya que los toros carecerán de fuerza suficiente para aguantar una lidia completa. El toreo de capa y lo quites serán “rara avis” y ya al tercio de muleta llegará un toro parado o semiparado, que permitirá faenas similares o parecidas a lo presenciado el domingo de resurrección.

Pues bien esta es la tauromaquia moderna a día de hoy. Un espectáculo carente de emoción y riesgo en su mayor parte. Excesivo triunfalismo, escasa exigencia en el público y una administración que dice proteger los toros en el área de la Cultura, pero que se preocupa más bien poco por mantener su pureza y los valores.

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