ARANJUEZ, HOMENAJE A LA AMISTAD

   LA EMOCIÓN DE DAVID MORA AL SER  ACARICIADO

POR VICENTE YANGÚEZ “EL CHANO”

Por IGNACIO RUBIO / Reportaje Gráfico: ©DOLORES DE LARA

Goyesca en Aranjuez.- Media plaza cubierta, las cámaras de la televisión de Castilla la Mancha en directo y una expectación inusitada. Menos público a priori del que se esperaba, la tarde ni a pedir de boca, mucha menos gente del toro en los aledaños y en la plaza no digamos, se juntaba la gesta y el gesto.

David Mora en su primera encerrona  en solitario, sin duda un gran compromiso y superado con nota muy alta.

Todo fue desinteresado, como debe ser la fila cero, Ojala y así lo fuere.

Paseíllo del homenajeado y el Maestrodavid Mora y el aplauso atronador del público, después cada uno a su sitio, Vicente al tendido y David a torear los grandiosos Toros de Alcurrucen, toros muy bien presentados, aunque desiguales, mansos en conjunto y difíciles. El mejor el quinto, toro  de buenas hechuras, noble y todo lo que se pueda decir de un buen toro. El resto no llegó a romper en ningún momento.

 

Varios brindis, el fundamental el segundo alcurruceño al “EL CHANO”

Escribir toro a toro  una actuación  de gran nota casi no tendría sentido, pero he ahí que cada toro tuvo su miga y su lidia. Difíciles  todas y, peligrosas otras, así resumir lo fundamental, la disposición el temple, al valor y el saber entender a sus enemigos.

Su primero manso y de arreones,  David lo templo por delantales y una vez visto al varilarguero se fue violentamente a él, Antonio Prieto salvo con nota altísima, no dejo su cabalgadura, y aún no nos explicamos cómo, que belleza: fue la segunda gran ovación de la tarde después del paseíllo.

La faena pulcra y limpia sin grandes profundidades basada en la derecha y la ligazón, estocada y oreja.

David receto tres verónicas y dos medias de saludo a su segundo, quite por chicuelinas y tras el brindis al Chano dos series con la derecha y dos al natural inconmensurables, manoletinas ajustadas y dos redondos invertidos, gran estocada y dos orejas.

  

Salió el tercero, alto largo y manso, con un peligro que asustaba al miedo, delantales y faena de mucho valor y exposición, el pitón izquierdo infumable y David insistía a la vez que el público pedía su muerte, gran estocada como grande fue la ovación.

Llego el cuarto sin raza pero un tío, tiro por bajo del manso rematando con media, cuestión de habilidad y saber interpretar la lidia, su comienzo genuflexo, trinchera y cambio de mano:  soberbio, vuelta a la derecha redondos ligados y el animal se raja, cierra con molinetes ante la espanta del bicho. Pinchazo y dos descabellos para ser ovacionado.

  

 

No hay quinto malo y así fue, buenas hechuras y buena condición, recibo con larga en el tercio y buenas verónicas, para después un quite por Gaoneras ceñidísimas, y de “uy” en los tendidos, el comienzo de rodillas en el centro del platillo, cinco más el de pecho pusieron el calor y la música, al natural surgió el duende, la mano baja, temple, y, ahormando al bicho por la derecha a menos y el final explosivo: trincheras al paso, desprecio , estocada tendida y dos golpes de verduguillo para oreja, lastima podían haber sido dos.

Llego la noche, sesto toro, David se fue a porta gayola lucida por cierto a una mano, el toro con peligro  derriba al picador, la faena de  mucha exposición y valentía, ligando series de altos vuelos, dos coladas que a punto estuvieron de dar con el torero por los aires, Él a lo suyo, la estocada de premio seguro, la petición de rabo excesiva que el mismo matador rechazo su  concesión a la Presidencia. Otro gesto más de David.

 

Quedaba el final, la  vuelta de todos los componentes de la cuadrilla participante, colorido y satisfacción total esperando al homenajeado que salió  junto a todos por la puerta Grande de Aranjuez.

CONCLUSIÓN:

Lo mejor la despedida.

Enhorabuena a todos

por el buen orden y la misión cumplida.

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Saludo tras dos buenos pares de “El Puchi”.

Excelente lidia de Félix Jesús Rodríguez y Raúl Cervantes.

El resto a gran altura.

Quite del Sobresaliente David Saleri al quinto